“No somos una compañía de refinería, somos una compañía de petróleo”, dijo Rafael Ramírez, ministro de Energía y Minas de Venezuela, como argumento ante la posible venta de Citgo. Esta es una empresa con sede en Houston que posee tres refinerías con capacidad de procesar 750 mil barriles diarios de petróleo, 48 instalaciones de almacenamiento y tres oleoductos propios. Se supone que el gobierno venezolano quiere vender Citgo por 10 mil o 15 mil millones de dólares como quien vende las joyas de su familia, pero expertos de la industria aseguran que su precio está muy por debajo de esos niveles. Detalles en El Nuevo Herald
Todo vale y todo se justifica: en el nombre de la lucha contra las drogas, los cuerpos policiales de Estados Unidos actúan con brutalidad militar y no reparan daños. Varios casos recientes sustentan la afirmación. Y quizás el más escandaloso sea el del bebé de 19 meses al que le explotó muy cerca una granada arrojada por un equipo Swat. Tras pasar varias semanas entre dos hospitales el pequeño se recupera, pero a la familia se le acumula una enorme deuda por facturas médicas. ¿Quién se hace responsable? Swat se niega a una compensación. La situación en The Washington Post
La simpatía ideológica que manifestó el presidente venezolano Hugo Chávez por sus colegas de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, y Siria, Bashar al Assad, se tradujo en cabildeo en Estados Unidos para contrarrestar la crítica del Legislativo en contra de dichos mandatarios, una vez el Congreso estadounidense sancionó a sus gobiernos. Desde 2009, la filial de Pdvsa, Citgo Petroleum, a través de la empresa Dutko Group Companies realiza lobby hacia estos dos países, y hacia Corea del Norte, que no guarda relación con el tema energético. Más detalles en El Universal
Durante los últimos días ha hecho mucho ruido la entrevista que Hillary Clinton concedió a The Atlantic en la cual cuestionó aspectos de la política exterior de Barack Obama, especialmente –según ella- no dar pleno respaldo a Benjamin Netanyahu. Ahora acaba de aparecer el libro Blood Feud, escrito por el periodista Edward Klein, que se centra en la supuesta relación de odio entre los Clinton y los Obama. ¿Atacar a su antiguo jefe le dará dividendos políticos a Hillary? No se sabe, pero algunos pasajes de la tirante relación se recogen en las páginas de Semana
“Tranquilos muchachos, yo soy el presidente de la Comisión de Paz de la Cámara”, dijo Diego Turbay al bajarse de su camioneta blindada. Al frente, 40 hombres armados, miembros de las Farc. Lo mataron a él y a sus acompañantes y así la guerrilla lograba un objetivo político a fuerza de sangre. Eso fue en el año 2000. Hoy, Constanza Turbay se ve las caras con los jefes de las Farc en los diálogos de paz en La Habana. Y el propio Iván Márquez le ha pedido perdón por lo ocurrido. Así va el encuentro según el relato de Semana