
Están más preocupados por asuntos morales que por la distribución del gasto público. Se trata de organizaciones sociales que rechazan políticas públicas y leyes relacionadas con el matrimonio y la adopción entre parejas del mismo sexo y, en general, cualquier otro asunto que consideren que atente contra los conceptos tradicionales de la familia. Comenzaron expresándose en la calle y ahora lo han hecho a través del voto castigando a la gestión del presidente Hollande y favoreciendo a partidos de la derecha. Texto original en inglés en The Washington Post
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