
Parece un contrasentido: un grupo extremista religioso y conservador se vale de las armas de la modernidad para impulsar su guerra. Los combatientes de la organización suní Estado Islámico en Irak y Siria –ISIS- avanzan con la mira puesta en tomar el control de Bagdad no solo empuñando sus rifles sino haciendo un notable trabajo en las redes sociales. Tienen, incluso, una aplicación propia que permite difundir con más efectividad sus mensajes vía Twitter. El caso en The Atlantic
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