
En el fútbol europeo enero es el mes en el que se cierran nuevas transferencias, negociaciones millonarias por jugadores que van de un club a otro. También es el mes en el que se renuevan las esperanzas de miles de futbolistas –africanos en su mayoría- que malviven en Europa, en lugares a los que llegaron atraídos por las promesas de supuestos agentes deportivos que no eran tales. Se trata de una variante del tráfico de humanos: estafadores que cobran a las familias de jóvenes que sueñan con fichar para equipos importantes y que terminan abandonados a su suerte. Un buen reportaje en The Telegraph
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Cuba: un micrófono peligroso