Inventar y hacer realidad una nueva empresa es una tarea muy difícil. Es como una carrera de obstáculos. Primero hay que tener la idea, luego hay que conseguir el dinero. Y lo más difícil: persuadir a miles de personas de comprar el producto. Esta labor es especialmente difícil en América Latina, una región donde todavía existe una cultura de aversión al riesgo y donde fracasar es un estigma. Pero, a pesar de todo, hay emprendedores que logran alcanzar el éxito.
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