Los sismólogos no saben nada. La ciencia y la tecnología, con esos aparatos inservibles, son un fracaso a la hora de explicar algo tan elemental como qué es lo que esta humanidad corrompida debe hacer para evitar el castigo divino de los terremotos. Lo de las placas tectónicas es puro cuento: estos genios le dicen al mundo las verdaderas razones por las cuales la tierra tiembla.
Foto: AP / Rebecca Blackwell
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