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Regodearse en placeres, vivir tranquilo, evitar los problemas… Esta quizás sea para muchos una idea aproximada a la felicidad: andar libre y sin preocupaciones. Pero ejemplos como el de Chen Guangcheng enseñan que la felicidad también se puede encontrar en la lucha contra la injusticia, en el afán por ayudar al prójimo.
Chen Guangcheng es un conocido disidente y luchador por los derechos humanos de la población china. Ciego, humilde, abogado autodidacta, se enfrentó al gobierno de China y ganó algunas batallas. Y aunque terminó expulsado de su país y pasó por momentos muy duros, su activismo le ha hecho sentirse pleno. Aquí, él y su esposa Yuan Weijing comparten con Efecto Naím el secreto de su felicidad.
«La vida siempre es buena si haces lo necesario para alcanzar lo que te ofrece»
«Algunas cosas que parecían empezar muy mal, terminaron transformándose en algo bueno y eso me hace sentir feliz»
«No trato de aparentar ser optimista, en realidad lo soy (…) No hay nada que no pueda conseguirse si somos ambiciosos y la solución es ambiciosa»
«Si puedes ayudar a otros, te sientes verdaderamente bien»
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