Estos candidatos al #GeniodeOro entran en la categoría de los deshonestos. Y lo hacen con sobrados méritos e insólita desfachatez. Con sus caras muy lavadas, como si la pulcritud en el manejo de dineros públicos no tuviera la menor importancia y la coherencia entre los principios que dicen practicar y sus acciones fuese un detalle menor: el alcalde mexicano que roba pero poquito y el Defensor arrepentido son los protagonistas de este segmento, junto a la humilde senadora argentina de muchas mansiones y poca paciencia.
No son muchos pero sí muy machos Next Post:
Interplanetarios en el poder