
A lo largo de las ex repúblicas soviéticas las estatuas y monumentos a Stalin han desaparecido: excepto en Georgia. La versión que conoce casi todo el mundo sobre la historia de Stalin es la del cruel tirano responsable por la muerte de millones de personas. En su natal Georgia, sin embargo, permanece la figura de un rebelde que luchó e hizo de todo para llegar a la cumbre de un sistema dominado por los rusos. En Gori, su pueblo, las estatuas permanecen de pie y la gente aun conmemora su aniversario. El caso en Quartz
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