
Tras la reunión de la OPEP en Viena, el pasado 27 de noviembre, quedó la impresión de que los países que conforman el cartel se sentarán a esperar la evolución de las cosas. No hubo acuerdos para tratar de detener la caída de los precios forzando un recorte en la producción. La posición de Arabia Saudita se impuso y el crudo seguirá a su ritmo. La guerra contra el petróleo estadounidense es otra: que los precios bajen hasta tumbar la rentabilidad de los inversionistas de Estados Unidos. Una completa visión del panorama en Vox
Paz: consejos para Colombia Next Post:
El “delicado” lenguaje de las FARC