
El desplome de la producción petrolera venezolana abre la puerta para que el gobierno estadounidense active un contrapeso en la región
Sin hacer mucho ruido ya Washington habría comenzado el piloto de su plan para reducir la influencia de Venezuela en el Caribe, al menos en materia energética. Un acuerdo con Granada firmado en agosto sería el primer tramo de este proyecto. El desplome de la producción petrolera y la crisis económica venezolana abren la puerta para que el gobierno estadounidense active un contrapeso en la región donde el crudo ha ganado voluntades a favor del chavismo. La situación la explica Andrés Oppenheimer en El Nuevo Herald
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