
El sargento estadounidense Robert D. Carlson levantó la pistola hacia su cabeza, en el estacionamiento de su dúplex. Su mujer pidió ayuda a la policía: se iba a matar. En cambio, bajó el arma, apuntó hacia una ventana y apretó el gatillo nueve veces. Eso fue en julio de 2012. Ahora ha sido encontrado culpable de asalto con un arma mortal y condenado a ocho años de prisión. Carlson pasó años entre Irak y Afganistán. Esta es la séptima historia de una serie de capítulos que examina los efectos de esas guerras entre los 2,6 millones de soldados estadounidenses que sirvieron y lucharon allá. El reportaje completo en The Washington Post
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