
Una docena de monarquías siguen activas en Europa. Parece un lastre del pasado. Pero no. Algunos reyes, como el ahora renunciante Juan Carlos, han hecho cosas importantes: ayudar a defender a la democracia, por ejemplo. Si bien la prensa rosa los proyecta con una imagen veleidosa y cuestionable, los reyes y reinas operan como representantes de la unidad y las tradiciones en sus naciones, algunas de las cuales tienen las democracias más sólidas del continente. Una reflexión en The New York Times
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Letras a mano, neuronas despiertas