
Por Oscar Medina / @oscarmedina1
El gobierno venezolano difunde estadísticas de homicidios a cuenta gotas. En junio de 2012, por ejemplo, reconoció que no habían logrado disminuir la tasa de asesinatos a menos de 50 por cada cien mil habitantes. Al cierre de 2013 informaron que ese año fue de 39 por cada cien mil, pero la data más creíble arrojaba un número muy por encima: 79 por cada cien mil.
Es decir, 24.763 personas asesinadas.
El año 2014 empezó y terminó con dos crímenes que causaron gran revuelo mediático dentro y fuera del país. El 6 de enero el asesinato de la actriz Mónica Spear y de su esposo. Y el 1 de octubre el del joven diputado oficialista Robert Serra. Pero antes, durante y después, hubo muchos más: 24.980 homicidios es el estimado del Observatorio Venezolano de Violencia, una organización independiente conformada por investigadores de siete universidades que se ha encargado de hacer lo que las autoridades no hacen: informar sobre el baño de sangre constante que se vive en el país.
Ocultar los índices de violencia es ya una política de Estado. Por eso los investigadores recurren a fuentes no oficiales o a contactos policiales que van soltando cada día, entre susurros, el número de muertos de la jornada. Y por eso los periodistas pasan sus mañanas en las morgues sumando los cadáveres que ingresan: las víctimas del día anterior.
Durante las primeras dos semanas de 2014 llegaron a la morgue de Caracas 195 cuerpos. La mayoría de esas personas -80%- fueron asesinadas. Y ese ritmo marcó el año en el que Venezuela alcanzó las 82 muertes violentas por cada cien mil habitantes y se consolidó como el segundo país con más homicidios del mundo, solo superado por Honduras con sus 104 por cada cien mil habitantes.
El breve diagnóstico presentado por el OVV al divulgar su estimado –al que califican de conservador- señala la expansión generalizada del delito violento en todo el territorio, el incremento del hurto y el robo por parte de delincuentes “no profesionales” amparados en la impunidad; también una mayor estructuración del delito organizado lo mismo que del narcotráfico, el secuestro y la extorsión.
Y la consolidación de un perfil: el asesinato de policías. El informe apunta a más de dos agentes por semana en Caracas. El 21 de diciembre un vocero oficial reveló que hasta ese día sumaban 250 agentes asesinados, un récord mundial.
La cuenta sigue: durante los primeros 14 días de enero mataron a 9 agentes de seguridad solo en Caracas. Más de 170 cadáveres ingresaron a la morgue de la capital, de los cuales se estima -nuevamente- que 80% se trata de casos de homicidios.
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