El mapa de las epidemias que azotan al mundo es mucho más complejo de lo que vemos reflejado en las noticias. El Ébola desató el pánico global cuando amenazó con expandirse más allá de las fronteras africanas. Pero hay otros factores tan o más mortíferos que ese pavoroso virus de la selva. Estamos en medio de un cambio en el panorama epidemiológico: 8 de cada 10 personas en el mundo mueren como consecuencia de enfermedades crónicas no transmisibles.
El mal lo tenemos en casa, anida en nuestros cuerpos, se afianza con nuestras peores costumbres e ideas. Aquí un ejemplo: hace 40 años las principales causas de muerte prematura en México eran la desnutrición y las enfermedades infecciosas. Hoy 7 de cada 10 adultos están en riesgo: México es el país con mayor índice de obesidad en el mundo.
¿Cómo combatir lo que nosotros mismos hemos creado?
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