
Es una regla universal e inmutable que los objetivos de los prejuicios no son la causa del prejuicio en sí mismo. Los judíos no causan por sí solos el antisemitismo, ni lo intensifican por existir, tampoco los negros provocan el racismo, ni la gente gay la homofobia, ni los musulmanes la islamofobia. Al igual que todos los prejuicios, el antisemitismo no es una respuesta racional a eventos observables: es una manifestación de odio irracional. Sus defensores justifican su antisemitismo señalando el comportamiento de sus objetivos. Lea en The Athantic lo que dijo el director de Human Rights Watch, Kenneth Roth y por qué encendió el debate.
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