Hay ciudades que celebran el Día Mundial de la Pereza. Es el caso de la ciudad de Itagüí, en Colombia. Mientras que hay otras ciudades que nunca duermen y para ellas el tiempo es oro. El psicólogo estadounidense Robert Levine estudió el ritmo de la vida en 31 países del mundo y determinó que, en América Latina y en Oriente Medio, la actitud de la gente frente al tiempo era más relajada. Totalmente opuesto a los habitantes de Norteamérica, a los del norte de Europa y a los de Asia, lugares en donde la gente lleva un ritmo de vida más acelerado. La clave está en entender las diferencias culturales. Pero, ¿qué tiene que ver la exactitud de su reloj con la economía de un país? Levine también encontró que los países que más valoran el tiempo poseen mayor probabilidad de tener economías más fuertes. Y por eso para algunas ciudades el tiempo se traduce en dinero.
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