
Internet y el desarrollo de las telecomunicaciones traían implícita la promesa de la libertad de expresión: el flujo libre de ideas, noticias e información no podría ser controlado por gobiernos autoritarios. Pero la censura no se quedó de manos cruzadas y ha refinado y modificado sus prácticas a tono con los tiempos. Los casos de Hungría, Pakistán, Turquía, Rusia, China, Estados Unidos y Venezuela proporcionan ejemplos claros. Un análisis de Moisés Naím y Philip Bennett para Columbia Journalist Review
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