Un día decidió que además de derechos humanos también tenía obligaciones con el mundo. Y esa convicción le ha dado fuerzas para emprender cosas realmente importantes. Sumando apoyos logró impulsar el acuerdo internacional que prohíbe el uso de minas antipersonales y eso la hizo merecedora del Nobel de la Paz en 1997. Hoy su causa es la igualdad de género. Jody Williams no quiere ser una celebridad en una vitrina, pero sabe que su ejemplo puede hacer que muchas otras personas comunes y corrientes como ella encuentren el impulso para levantarse y convertirse en héroes de nuestro tiempo. Williams hizo una verdadera revolución y derrotó a ejércitos sin disparar una bala. Moisés Naím conversó con Jody Williams al calor de Cartagena de Indias
“Yo no lo hice sola. La campaña es cosa de miles y miles y miles de personas en 9 países”.
“Mi primera protesta fue en mayo de 1970 en contra de la guerra de Vietnam”.
“Empecé donando mi tiempo”.
“La mina era un arma que todos los militares y rebeldes en el mundo habían usado en 100 años”.
“En mi país, específicamente, los militares entendieron, desde el primer minuto, que si ganábamos eso íbamos a atacar a otras armas. Entonces los de mi país se pusieron muy, muy, duros en contra”.
“(en Colombia) antes del tratado los militares también estaban usando las minas”.
“Es el tratado más exitoso del mundo en cuestiones de armas”
“Mi país está casi por firmar: ya no usan, ya no producen, ya no están vendiendo”.
“Decir que soy feminista quiere decir que quiero que reconozcas como hombre, que somos iguales ante la ley. Solamente eso”.
“Las palabras me valen nada sin acciones”.
“No tengo solamente derechos humanos, tengo obligaciones como ser humano”.
“Todos tenemos un papel importante en cambiar el mundo, pero nadie lo va a hacer a solas”.
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