
Desde agosto el Comando Central se ha encargado de coordinar ataques casi diarios contra bases y tropas de Estado Islámico en Irak y Siria. Tras anunciar nuevas operaciones el lunes, sus cuentas de Twitter y YouTube fueron intervenidas por agentes externos y utilizadas para enviar mensajes a favor de Estado Islámico. Voceros militares y del Pentágono insisten en que otras informaciones difundidas por el Twitter no revelan ningún secreto o dato que implique riesgos. El daño, en todo caso, parece ser haber quedado en ridículo. Detalles en The Guardian
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