No todos los ciudadanos gastan en lo mismo. Cada uno lo destina para cosas diferentes, debido a que los hábitos de consumo están predeterminados por la política y la cultura de cada nación. Algunos, entre tanto, siguen diversos estereotipos. Los rusos, por ejemplo, invierten en vodka, por más que la economía esté en aprietos. Totalmente opuesto a los asiáticos, quienes depositan su dinero en tutores privados o a los estadounidenses, quienes se preocupan por su salud.
Diplomas a la venta Next Post:
¿Aló, Comandante?