¿Qué pregunta hace que un poderoso ministro argentino entre en pánico y salga corriendo de una entrevista de televisión? ¿Un escándalo sexual? ¿Acusaciones de corrupción? No; nada de eso. Basta con preguntarle cuál es la inflación en su país. Véanlo y ríanse con nosotros
El Tiempo Next Post:
El secreto del éxito