“Caracas es una ciudad fallida y la Torre de David es quizás el símbolo más importante de ese fracaso”, escribió Jon Lee Anderson en su gran crónica sobre esta edificación que se considera la favela vertical más alta del mundo. La Torre, abandonada sin completar su construcción, fue ocupada por miles de familias siguiendo el patrón habitual de confiscación e invasión. Esta semana comenzó su desalojo y se dice que el gobierno la entregará a una empresa china. Buen momento para releer esta pieza del reportero de New Yorker publicada en español por Prodavinci
Previous post:
Venezuela: Cuba por una parte, China por la otra Next Post:
América Latina: a China le sienta bien
Venezuela: Cuba por una parte, China por la otra Next Post:
América Latina: a China le sienta bien
