
Las cabezas de la autoridad financiera del Vaticano (la FIA) rodaron recientemente. Cinco italianos que estaban encargados de vigilar desde los recursos del Banco del Vaticano, los salarios y hasta la farmacia. El ejecutor fue el propio Papa Francisco. Y los sustituyó por un equipo internacional de expertos financieros. Una de las tareas de Francisco en la tierra es poner orden en las poco transparentes movidas económicas de la Santa Sede. Y ya empezó. Lo que ha hecho en The New York Times
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¿Líder de qué?