
Por más que digan lo contrario, no son tan precisos los ataques con drones. Al menos no los estadounidenses. Información reciente revela que en operaciones para matar a una persona en particular suelen acabar con la vida de mucha más gente. Misiones para eliminar a 41 objetivos específicos terminaron con la muerte de al menos 1.147 personas. Y no siempre acertaron al blanco buscado. La precisión de los drones es relativa: por buena que sea la tecnología siempre dependerá de la calidad del trabajo previo de inteligencia. La situación en The Guardian
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