
Que estaba muy triste por la derrota de la selección de fútbol, escribió por su cuenta de Twitter la presidenta brasileña. Pero se especula que esa tristeza podría estar acompañada de preocupación por lo que viene: su intento de reelección el 5 de octubre. Mientras que en los informes internacionales Brasil luce como un gigante en macroeconomía, en las calles hay otra percepción: pesimismo, desigualdad, mala calidad en servicios y educación y la idea de que la Copa del Mundo fue un derroche plagado de corrupción. ¿Cuánto afectará a Dilma el humillante 7 a 1 que les propinó Alemania? El panorama en la revista Semana
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