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El pirata Roberts morirá en prisión

Más de mil millones de dólares en ventas entre 2011 y 2013. ¿Qué negocio puede producir semejante cantidad en apenas tres años? Drogas, claro. Eso –aunque el cálculo varía dependiendo de la fuente- es lo que se estima que logró hacer Silk Road, un emprendimiento ilegal amparado en las sombras de eso que llaman la internet profunda.

Dread Pirate Roberts era la figura que controlaba Silk Road. ¿Qué era? ¿Una persona? ¿Una organización criminal? ¿Dónde estaba? Las agencias de seguridad no tenían respuestas claras para descifrar los enigmas que proponía este sitio web escurridizo que operaba sin dejar rastros visibles a través de encriptaciones y utilizando las ventajas del bitcoin como moneda de pago.

Ross Ulbricht era un joven brillante de Austin, Texas, quien –de acuerdo a un reportaje de Wired- pasaba sus vacaciones en Costa Rica y era aficionado al surf y a la marihuana. Estudió Física en la Universidad de Texas, en Dallas. En 2009, de regreso a Austin, se unió a un proyecto de venta de libros usados a través de plataformas digitales y por ese camino descubrió el uso del bitcoin y encontró que calzaba con sus ideas personales sobre la libertad.

A finales de 2010 tuvo la gran idea: crear un sitio web donde la gente pudiera comprar cualquier cosa de forma anónima. Y a mediados de enero de 2011 nació Silk Road, cuya primera venta consistió en 10 libras de hongos alucinógenos cultivados por el propio Ulbricht.

El 1 de octubre de 2013 la justicia le alcanzó: fue detenido en San Francisco, California, y al día siguiente se ordenó el cierre de Silk Road, que para entonces ya era una suerte de bazar de todas las drogas posibles y espacio ideal para el lavado de dinero de organizaciones criminales de toda ralea. En febrero de 2015 una corte de Nueva York le declaró culpable de los delitos de narcotráfico, blanqueo de dinero, violación informática y otros cuatro cargos criminales. Durante el proceso se demostró que Ulbricht había obtenido al menos 18 millones de dólares en beneficios personales por transacciones de compra-venta de narcóticos y –aunque no se le acusó por esto- se reveló información que lo vinculaba a varios intentos de asesinato.

Ahora –el 30 de mayo-, el antes misterioso y temible Dread Pirate Roberts, a sus 31 años de edad, ha sido condenado a dos cadenas perpetuas. La deep web, sin embargo, sigue siendo un lugar de sombras.

 

Para conocer más sobre la deep web le recomendamos este reportaje de Efecto Naím: