
Primero fue Xi Jinping. Y luego Shinzo Abe. Que el primer ministro japonés siga un poco los pasos del presidente chino al visitar a varios países de América Latina tiene una lectura interesante: esta porción del continente se ha convertido en nuevo frente de la batalla diplomática entre esos viejos rivales. Uno y otro proponen negocios, firman acuerdos y prometen recursos. Pero detrás de todo eso está la intención de reforzar alianzas. ¿Qué ofrece cada uno? Un análisis en Quartz
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