
Quizás se convierta en una de las más potentes armas de liberación femenina en los países africanos. Su nombre es Sayana y combina un anticonceptivo inyectable con un dispositivo de aplicación tradicionalmente utilizado para distribuir vacunas en lugares de mucha pobreza. Es fácil de aplicar, el dispositivo con aguja no es reutilizable y cada dosis provee tres meses de protección. El primer ensayo es este año con 250 mil Sayana en Burkina Faso. Más detalles en Quartz
La mala cara de Messi Next Post:
¿Ya conoce el poliamor?