
En China las ganancias de las grandes empresas industriales han caído y las señales del gigante revelan que está costando cada vez más estimular la economía de ese país. Si la desaceleración continúa, unos tendrán motivos para celebrar y otros no. Por ejemplo: las naciones que venden metales y energía a China, terminarán muy afectadas. Pero ese mismo proceso podría estimular el consumo interno de alimentos beneficiando a los sectores agroindustriales de Estados Unidos y Brasil. Las perspectivas en un análisis de Quartz
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