
Todos los días el usuario recibe un mensaje en el que se le pregunta cómo se siente. La idea es que responda con plena honestidad y tiene la posibilidad de hacerlo utilizando palabras o echando mano de emoticones. Todo queda registrado en su teléfono y ese registro termina conformando un diario. Esto lo hace una aplicación llamada Emojiary que pone al alcance de muchos el potencial liberador y los buenos efectos psicológicos que tiene el hecho de llevar anotaciones sobre la cotidianidad y los estados de ánimo. Explicaciones en The Atlantic
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