
«Las pistolas son bienvenidas en nuestras instalaciones. Por favor mantengan sus armas enfundadas a menos que surja una necesidad. En esos casos agradecemos su buena y sensata puntería». Eso es lo que dice el aviso a la entrada de Shooters, un restaurante en la localidad de Rifle, Colorado, donde además las camareras trabajan con sus armas al cinto como en el viejo Oeste. El asunto, por supuesto, anima la polémica estadounidense sobre el derecho o no a andar armados. El caso en BBC Mundo
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