Chen Guangcheng es un humilde campesino de una provincia remota. Y es invidente: completamente ciego. Le conocen como “el abogado descalzo” porque emprendió una lucha desigual y exitosa por los derechos ciudadanos, los derechos de los discapacitados y de las miles de mujeres forzadas a abortar por decisión del gobierno chino.
Su osadía le costó cárcel, golpes, aislamiento, sufrimiento y – finalmente- el exilio. En 2012 escapó con su esposa y sus hijos. Tras un accidentado periplo se refugiaron en la embajada de Estados Unidos en Pekín, iniciando con ello un periodo de tensiones entre ambos países. En marzo de ese año Chen Guangcheng encontró la libertad en tierra ajena: pero quiere seguir luchando por su gente. Esta es su asombrosa historia.
Foto: AP
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Ejércitos privados en la línea de fuego