
El gobierno británico ha estado enviando ayuda humanitaria a la etnia Yazidi, acosada por las milicias de Estado Islámico. Pero hasta ahí. Y mientras aumenta el tono de las voces que piden una intervención frontal con aviones, drones y tropa en Irak, el primer ministro David Cameron se mantiene en silencio y tan alejado del tema que sigue de vacaciones en Portugal. ¿Por qué? ¿Por un cálculo electoral? ¿O hay algo más? El caso en El País
Un cura argentino aguanta en Irak Next Post:
“Tocado” por la Mara