
Luego de tantas discusiones e investigaciones sobre el calentamiento global ha quedado bastante claro como se pueden mitigar sus efectos. Pero, ¿por qué no lo hacen de una buena vez? Los aficionados a las teorías conspirativas apuntan a una coalición de intereses creados que traba toda decisión de las instancias políticas. Pero si bien algo de eso es posible, otros dos elementos terminan siendo –al menos en Estados Unidos- más decisivos: ideologías económicas intransigentes y el anti-intelectualismo negador de la ciencia. Paul Krugman lo explica en The New York Times
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