
Piedras que revelan el futuro, sacrificios, rituales: son muchos los brasileños que se aferran a la superstición y a la fe en lo inexplicable cada vez que la selección salta a la cancha. Hay que ganar, hay que complacer a los dioses, hay que escuchar las señales: Brasil debe ser campeón.
A continuación, un buen reportaje audiovisual de The New York Times:
¿Argentina mala paga? Next Post:
Campeones de lo insólito