
Una octava parte del agua del mundo está en Brasil: sus reservas son inmensas, pero Sao Paulo se está –literalmente- secando. El problema ocurre en el sureste del país y las reservas más grandes del líquido que nutre a la ciudad se están agotando. Los habitantes de Sao Paulo experimentan un drástico racionamiento y no está muy claro cómo se solucionará este asunto ocasionado por una combinación de degradación ambiental, crecimiento de la población y políticas desacertadas en el manejo del recurso. La situación en The New York Times
Nisman: ¿se cae la tesis del suicidio? Next Post:
El cártel de los falsos testigos