
Se está convirtiendo en el Estado Islámico de África. Sus sangrientas prácticas, su afán por ganar territorio y la exportación de su “propuesta” a otras fronteras establecen las semejanzas. Boko Haram empezó como un movimiento radical político en 2002 y ya vemos lo que es hoy: secuestran a niñas para venderlas como esclavas y son capaces de matar a 2.000 civiles inocentes. Además controlan su propio “califato” del tamaño de Bélgica al noreste de Nigeria. ¿Y qué hace el gobierno? Poco o nada. Y lo peor es que el presidente podría reelegirse en febrero “ayudado” por Boko Haram, siempre que se mantengan lejos del Sur. La situación en The Economist
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